Pupek Editorial

Las Frutas: aliadas del crecimiento

Las frutas y verduras aportan vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. Además, tienen muchos otros beneficios: producen saciedad natural y ayudan a controlar el apetito; son prebióticos naturales, que favorecen una flora intestinal saludable, fortalecen el sistema inmune y protegen contra enfermedades. Además, cuanta más variedad de frutas y verduras se ofrezca en la etapa de crecimiento, desde que se incorporen los alimentos sólidos, mayor será la aceptación de nuevos alimentos.

Durante los primeros años de vida, los niños y niñas aprenden a relacionarse con la comida. En este proceso, los adultos responsables son su modelo más importante. No solo por los alimentos que ofrecen, sino también por cómo los preparan, cómo los comen y cómo los disfrutan. Con pequeñas acciones cotidianas, se puede fomentar una relación positiva con la comida que durará toda la vida. Dentro de lo posible, compartir algunas de las comidas con familiares, amigos y amigas, así como en los entornos que frecuentan como jardines, clubes, etc, puede ser beneficioso. Esto influirá en cómo se alimentarán en la adultez. Las primeras experiencias con la comida en la casa o en la escuela moldean las preferencias: los olores de la cocina, los sabores, las formas de preparar y servir los alimentos se convierten en recuerdos imborrables que guían sus elecciones futuras. Es clave que las infancias vean a los adultos comer y disfrutar los mismos alimentos que ellos y ellas consumen.

Recomendaciones para una alimentación saludable

  • Incluir verduras y frutas de diferentes colores durante el transcurso del día.
  • Elegir frutas de estación, por su sabor, calidad nutricional y costo accesible en cada período del año. Por ejemplo, sandía, ciruelas, frutillas y duraznos en verano; naranjas, mandarinas, manzanas y peras en invierno.
  • Comer juntos: los niños y niñas aprenden por imitación.
  • Involucrar a los chicos y chicas en todo el proceso: ir a comprar, lavar, pelar y preparar los alimentos. Esto estimula su curiosidad y aceptación.
  • Aprovechar los primeros años de vida de los niños y niñas como una oportunidad única para aprender a comer de forma saludable, placentera y en compañía, siempre teniendo en cuenta que las frutas se ofrezcan de una manera en la que los chicos las puedan ingerir de forma segura en cada etapa del crecimiento.

Regina Traverso 

Licenciada en Nutrición